La formación como palanca para un emprendimiento individual y colectivo, sostenible, inclusivo y con innovación
La formación vinculada al emprendimiento social ha de ser concebida como una variable estratégica para el empleo, además de una palanca de integración y desarrollo.
La Economía Social es un factor importante de impulso en la creación de empresas sostenibles, respetuosas con el medio ambiente, avanzadas tecnológicamente y con gran capacidad para la generación de empleo estable y de calidad.
Desarrollar planes específicos para la Economía Social es una prioridad. Planes vinculados con la gestión y la digitalización que ha de transformar empresas y negocios, y que se convierte en un factor de competencia económica y de progreso social.
La Economía Social debe hacer una apuesta por el desarrollo tecnológico de las empresas, haciendo hincapié en las pymes, y es en este campo en el que la formación es fundamental, además de una prioridad. Un proceso que ha de ser trasversal a todas las actividades, desde la gestión pública a la inversión privada, pasando por una fuerte y decidida apuesta por la formación y el talento en gestión, tecnología y digitalización.
Hay que subrayar la importancia de los aspectos relacionados con la gestión, abordando junto a el fomento del emprendimiento, la innovación, etc., la proactividad o la asunción de riesgos,
Por tanto, Formación y Economía Social tiene un gran reto por delante, especialmente por la crisis social y económica derivada del COVID-19, en la que, junto a la inversión pública y otro tipo de medidas de carácter económico, el emprendimiento puede y debe tener un papel importante en la recuperación.
Es importante señalar que, en las empresas de la economía social la doble condición de socios y trabajadores de sus integrantes hace que se puedan desarrollar unas relaciones laborales óptimas, facilitando la adaptación de las condiciones salariales y laborales a la situación económica, lo que favorece, innovación, competitividad y creación de empleo estable y de calidad.