La Formación en el Documento 2050 elaborado por 100 expertos de distintas disciplinas

20/07/2021

El documento indica que, si España no quiere quedarse atrás en materia de capital humano, tendrá que mejorar significativamente sus resultados educativos tanto en cobertura como en aprendizaje

Una de las claves que se plantea en el documento es desarrollar modelos formativos flexibles, capaces de navegar esta incertidumbre y centrados en elevar la adaptabilidad de los trabajadores a las nuevas demandas. Esto implica hacer hincapié en el “aprender a aprender, aprendiendo” del que habla Joseph Stiglitz, también en los ciclos de formación de secundaria y terciaria; apostar por la adquisición de competencias transversales como el pensamiento crítico o el trabajo en equipo; incentivar las titulaciones relacionadas con aquellas actividades que crecerán en las próximas décadas (ej. cuidados, transición ecológica, tecnología); desarrollar herramientas predictivas que permitan mejorar nuestra capacidad anticipatoria y provean a los individuos e instituciones de una mayor orientación respecto al futuro e, implementar sistemas de recualificación versátiles que puedan detectar y responder con agilidad a las necesidades cambiantes del mercado.

De aquí a 2050, indica el documento, la mayoría de los empleos que existen en España cambiarán significativamente como resultado de la digitalización, la transición energética y las transformaciones sociales y culturales. Como consecuencia, la obsolescencia competencial será cada vez mayor; los conocimientos adquiridos en la juventud caducarán más rápido, algo que, unido al alargamiento de las vidas laborales, obligará a las personas a reciclarse y actualizarse cada pocos años. En ese contexto, la recualificación de la población adulta se convertirá en una pieza tan importante para la prosperidad de los países como lo es hoy la formación de la población más joven. Esto es cierto para todas las economías de la OCDE, aunque en el caso de España, la necesidad parece especialmente acuciante.

Los datos sugieren que, en España, más de un millón de personas en edad de trabajar verán sus competencias desactualizadas anualmente. Si queremos, dice el Plan, mantener una fuerza de trabajo competitiva, tendremos que recualificar satisfactoriamente, al menos, ese número cada año.

En las próximas décadas, la digitalización o la transición ecológica provocarán cambios profundos en el tejido productivo y requerirá que la recualificación de la población activa sea aún mayor.

Para el Grupo ASPASIA avanzar hacia las conclusiones del Documento 2050 comienza hoy.