Vivimos un tiempo de importantes cambios, en el que la fugacidad de los acontecimientos marca la agenda económica, social y cultural, y nos abre a desafíos que se hacen presentes cada día y nos tienen alerta ante las grandes revoluciones que se están produciendo, y aquellas que nos prometen las próximas décadas: cambios radicales a gran escala que van a modificar los entornos laborales, económicos, sociales y culturales, la gestión de las organizaciones y los procesos de producción.
No cabe duda de que este escenario cambiante, inestable, con grandes desafíos que no terminamos de aquilatar es el gran reto que tiene por delante la sociedad, la política y la economía. Un reto al que es posible hacer frente desde los elementos evolutivos más claramente humanos como son la educación y el conocimiento. Fundamentos para un nuevo modelo de economía ecológica basada en la sostenibilidad del planeta y en los derechos de la Naturaleza. Tres ideas que se conjugan en una idea fundamental: la formación ética para una práctica moral conforme con la utopía de un planeta más habitable.
Este es el primero de los grandes retos al que se enfrenta la Formación Profesional, como parte integrante de un sistema educativo que es decisivo en todos los procesos de recuperación, transformación y resiliencia.
La Ley de Formación Profesional; como la LOMLOE, de ordenación del sistema educativo obligatorio y superior no universitario; como la LOSU, referida a la universidad es decir, todas aquellas leyes que están reorganizando el sistema educativo español en sus diferentes etapas, en una línea de modernidad y coincidencia con los sistemas educativos más avanzados del mundo, tiene en común los fundamentos que la justifican: los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Acción Europea para la Sostenibilidad. Así como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y todos aquellos acuerdos internacionales firmados por los distintos gobiernos españoles y que desde hace al menos una década suponen un aggiornamento, es decir una renovación, una modernización de los elementos que son las bases para la construcción de un futuro mejor, más justo, con más equidad y más respeto por el planeta que habitamos.
Juan Antonio Sánchez. Presidente de la Fundación ASPASIA
Pedro Badía. Director del Observatorio de la Fundación ASPASIA